El alcohol debe eliminarse de la dieta porque reduce la absorción intestinal del complejo vitamínico B, irrita las paredes del estómago (llegando a favorecer la aparición de gastritis y úlceras) y altera las funciones hepáticas.
Recientemente, muchos nutricionistas recomiendan su consumo, especialmente del vino tinto, por las presuntas propiedades protectoras en relación al riesgo cardiovascular. El efecto se debe al resveratrol presente en el vino. Qué pena que hayan olvidado decir que este efecto es posible sólo si las cantidades de alcohol ingeridas son enormes, tanto que dañarían el organismo.
Es mejor, entonces, limitarse a comer uva roja.
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