Realizar pequeñas comidas ligeras durante el día. En los picoteos de media mañana y de la tarde consumir fruta (incluso en forma de zumo o batido), infusiones o malta. Disminuir la cantidad de comida para no alterar el peso.
- Variar cuanto se posible las recetas culinarias.
- Prestar atención a la combinación de alimentos a la hora de preparar las comidas.
- Controlar la calidad de los alimentos consumiendo productos integrales biológicos, libres de pesticidas y ricos en nutrientes.
- Disminuir la cantidad de grasas, eliminando las de origen animal y las elaboradas, dando preferencia al aceite de oliva virgen extra.
- Reducir al máximo los alimentos ricos en proteínas de origen animal (carne).
- Elegir, dentro de los lácteos, los quesos frescos desnatados y el yogur natural.
- Incrementar la cantidad de alimentos vegetales (legumbres, verdura, fruta) y de agua.
- Lavar cuidadosamente la fruta y la verdura; si la fruta no proviene de cultivos biológicos es necesario pelarla.
- Disminuir la ingesta de glúcidos y escoger aquéllos que sean complejos y ricos en fibra, prestando especial atención al azúcar oculto (golosinas, alimentos envasados y bebidas).
- Sustituir el pan blanco por el integral elaborado con levadura natural, que es mucho más digestible.
- Hacer una comida al día, o en días alternos, a base de cereales integrales (pasta, arroz, cebada, mijo).
- Empezar cada comida con verduras en ensalada, ya que éstas predisponen al estómago a una mejor digestión.
- Controlar el uso de sal común, prefiriendo la sal marina sin refinar.
- Si padecéis transtornos funcionales (colitis o gastritis), antes de seguir estas indicaciones debéis haber superado estos trastornos.
- Eliminar el consumo de alcohol.
- Realizar todas las comidas en un ambiente relajado y tranquilo.
- Cuidar mucho la masticación.
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